Impensable, el último día en la capital federal de la república argentina y a tan sólo 7 cuadras de la hostal -7 no son nada para un hueón cagao’ como yo que caminé hasta las 32, ida y vuelta- me fui a encontrar en medio de una escena digna de Jodorowsky.
Se terminaba una de las exhaustivas caminatas por BsAs practicando el consumismo que nos invade en la capital vecina y decidimos ir a comernos unas muzzarelas a la cadena n°1 en pizzas “malo.pero.mucho”…Uggi’s, que para quienes no lo saben es una pizzería donde no necesitan carta ya que sólo hay 2 sabores…muzzarela (queso+salsa) y fugazzeta (muzzarela con cebolla). El local era el mismo de siempre con el mismo gordo solitario y sucio que me vendió pizzas el día anterior, y el anterior a ése y el anterior a ése, solo que hoy no sería igual……..
El gordo estaba raro, más raro que lo normal (si es que a ése gordo se le puede llamar normal), bueno la cosa fue así:
TIOJUICA: Me da una Fugazzeta grande por favor…
GORDO: . . . .grr….mm…ghggh..
(Nada, un par de mascullidos, el gordo estaba comiendose una…)
TJ: Si?...puede ser?
G: ……grr.mm……ghghg
(Parece como que dijo q sí con la cabeza, pero no se paró de la silla, seguía comiendo.)
Hasta aquí todo bien, me fui a esperar la fugazzeta sentado con la Angela, pensando en todo ese queso y cebolla que me iba a tragar ya que sólo había pedido muzzarelas hasta ahora, pero más que nada pensaba en cómo me iba a deshacer de todas esas calorías extras que iba a engullir, cosa que suena bastante hueca pero piensen que voy a pasar los próximos 8 meses de mi vida tomando sol en sunga (chucha!, eso suena más hueco).
Filo, mientras tanto el gordo todavía no se paraba de la silla en la que estaba, y con mirada al infinito, masticaba y tragaba la que sería su décima pizza de la tarde. Nosotros sentados mas que impacientes estábamos perplejos de que chucha iba a pasar con este gordo, en ese instante entra una viejita ultra añeja caminando ultra raro porque tenía una pata chueca, entiendan que cuando digo chueca me refiero a chueca, su pié izquierdo estaba girado 90 grados hacia fuera. La escena ya era bastante surrealista, un local horrible, vacío, de noche, en silencio, la angela y yo sentados en silencio, la vieja que entra cojeando y el gordo que recién se dignó a pararse.
Entre lo que la señora se demoró en llegar al mostrador el gordo lentamente se paró y puso en la radio unas cumbias villeras, atendió la orden de la señora (una muzzarela grande) y se acercó al lugar donde se preparaban las pizzas para permanecer inmóvil mirando al infinito otros 5 minutos más. Nosotros pensábamos “éste gordo está re-cagado, ayer por lo menos hablaba y la pizza se entregaba y comía todo en 10 minutos...ya han pasado 20 y nada”.
Ahora entra al local un grupo de pibes del barrio que parecen conocer al gordo, lo agarran pa’l hueveo pero el gordo no responde…peor aun, ahora se ríe sólo y no te mira. Le piden un grande muzzarela y se sientan.
La vieja esperaba parada porque las mesas estaban “muy lejos” del mostrador, si volvía para atrás no podría volver a buscar la pizza ni en pedo. En eso el gordo como que insinúa una seña y la Angela se para a ver si estaba ya la esperada fugazzeta. En efecto, la pizza estaba lista pero no tenía ni pisca de cebolla…
Angela: Esta es la mía?
Gordo: mmmmm….ghhghhgrrhgh
A: Esta es muzzarela, yo pedí fugazzeta
G: mmmm….rghrghrghr… (parece decir, esto es lo que hay, si te gusta bien)
A: Juica…el hueón no le hechó cebolla, la querís igual??
TJ: Que le ponga cebolla, que no huevee.
A: queremos fugazzeta.
G: MMMM…..GRHGRHGRHR.
Nos volvimos a sentar, el gordo se fue hacia una pieza que había al lado, suponemos que a buscar cebolla, la vieja no hacía nada y los pibes cantaban las villeras.
En eso uno de los pibes se paró de la mesa, sale a la calle y le grita algo a un flaco que estaba cruzando la calle, el flaco se devolvió y discutieron 5 segundos en medio de la calle y el loco villero le pega un cornete en el hocico y el flaco se va corriendo.
El pibe vuelve y se sienta con su grupo, “que se atreva a volver”, dice. Yo ya pasé de estar intrigado a estar asustado con la situación, quería mi pizza para irme luego.
En esto el gordo parece que fue al baño y volvió. Le pasó su pizza a la señora y a nosotros nada, y a los locos tampoco, más encima no le gustó que estubieran cantando y apagó la radio…de nuevo en silencio…y sin pizza.
PIBE: Hé loco!, ustedes estaban primeros que la señora, que pasó?
TJ: No sé, este hueón está loco. Parece que anda con sobredosis de algo, no lo cacho, no me habla.
PIBE: Dame dos pesos y yo le hablo.
TJ: No, yo le digo
TJ: Y la fugazzeta?....
G: ________________ (silencio y risas entre dientes)
Ya me quería ir, pero no me atrevía, yo pensaba que el gordo de mierda se iba a desmayar y morir ahí mismo, también pensé que podía sacar un bate y darle al pibe, o peor, sacar un escopeta y matarnos a todos y después suicidarse o algo así.
Me estaba a punto de ir cuando me mira como diciendo “su pizza señor”, el gordo desgraciado me pasó una pizza que tenía en el horno como hace 20 horas, toda inflada y quemada, con una cresta de queso y sin ni una puta cebolla…Media vuelta y me fui.
Mientras me iba con la Angela no dejé de mirar para atrás…y si me pega un tiro?